Me apetece hablar de Bangui, al fín y al cabo es la Capital del País del que soy Seleccionador y nuevo ciudadano, con pasaporte incluido.
Es un País grande en extensión, donde la población supera los 4 millones de habitantes de los cuales mas de la mitad viven en la Capital.
A primeros de siglo, encontraron cierta estabilidad política y ahora “disfrutan” de tranquilidad a ese respecto, teniendo en cuenta que limitan con países como Chad, Sudán o el Congo que tienen frentes belicos abiertos.
Te da la bienvenida un aeropuerto, pequeño y muy viejo, tanto de aspecto como de preparación, nada que ver con otros aeropuertos africanos que ya he conocido.
Te lleva al centro de la ciudad una carretera, sin apenas asfaltar y parcheada a golpe de barro, donde los puestos de venta se suceden a cientos, la sensación es que hay mucha vida y movimiento, la realidad es que hay mucha gente que pasa la vida, (no las horas, o los días), tranquilamente sentada en la calle, tienen tan poco o nada, que el tiempo es algo absolutamente absurdo.
Hay dos edificios que superan las tres alturas en toda la ciudad, uno en el centro de Bangui, el otro el Hotel donde nos alojamos el Oubangui, junto al rio, con unas vistas espectaculares, pero que deja mucho que desear en el concepto que tenemos de calidad de Hotel europeo.
El estadio de futbol, posiblemente sea la construcción mas nueva y en mejor estado, al menos desde fuera, al lado un gran Pabellón de Deportes que fue pasto de las llamas y de los saqueos durante las revueltas políticas del 2002, así quedo, destruido y a la espera de que puedan tener fondos para iniciar su reconstrucción.
Es por ello, que la instalación para el baloncesto, sea donde hemos entrenado, una nave con gradas, con tableros de madera, con marcador manual, madera castigada y mas que goteras, vías abiertas de agua, por no hablar de sus accesos, autentico camino de cabras.
La comida es muy condimentada, muy fuerte de sabor, quizá lo mejor sea el pescado a la plancha, directamente del rio, aunque la primera vez las agallas las ponga el que come y no el comido.
Es cierto que todo se deja de lado, al comprobar la pasión de la gente con su Equipo Nacional, cada salida del Hotel a sido seguida por cientos de personas y protegida por la policía y el ejercito.
En el entreno con publico, se puso entrada a 5 euros, una pasada para el dinero que se maneja en la ciudad, aún así lleno hasta arriba de un publico loco con sus jugadores y que me dicen en el staff técnico que muchos han dejado de comer para poder entrar a la pista.
Hemos tenido, lo que se podría denominar un acto “religioso” de un santero que ha tenido la premonición de que íbamos a ganar la Copa, como si fuera posible, en fín, hicimos todo lo posible por aguantar la compostura ante los rezos a Maria y demás parafernalia.
Finalmente no hubo visita al Presidente del Gobierno, hoy es la Fiesta Nacional y su agenda no se lo permitió.
Nuestras maletas fueron llevadas desde el Hotel al avión, nada de facturar, que somos el Equipo Nacional. Nosotros directamente a la Sala de personalidades, entrega simbolica a los dos nuevos Centroafricanos (James Mays y Paco García) que ya podemos jugar como Cotonou....
Discursos del Ministro de Deportes, recordando que todo el País
esta pendiente de nosotros, un rezo conjunto y directamente al avión, así cualquiera.
esta pendiente de nosotros, un rezo conjunto y directamente al avión, así cualquiera.
Esto que podría sonar a critica de Bangui, nada mas leos de la realidad, tras tres días aquí, hasta le vas sacando encanto.
No puedo cerrar sin mentar a Popi, un Orensano, amigo de Roberto Fernandez Añel, Delegado del Cob.
El día que llegue me ayudo en algunas cosas que parecían simples, y que el las hizo simples, hemos quedado en que me ensañara bien el entorno de la Ciudad al regreso del Afrobasket, gracias por tus atenciones amigo.
Mañana continuaré, estamos un dia en Nairobi, antes del salto a la isla de Madagascar.
Un saludo.
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