GANAR EN MINIBASQUET…. ¿A CUALQUIER PRECIO??????
Tengo la suerte de tener una esposa a la que le gusta el Minibásquet tanto o más que a mí, por eso cuando llega el fin de semana, organizamos lo que en casa llamamos “la ruta del Mini”, que además luego siempre termina con un vino (sin hacer obligatoriamente ruta) con amigos.
A la satisfacción de ver jugar a los pequeños, se une el encontrarnos a gente con la hace tiempo que no coincidimos, por el hecho principalmente de haber vivido tanto tiempo fuera de Valladolid.
Ellos, mamás y papás de esforzados minibasquistas, llevan, traen y recorren patios y pabellones haciendo del sábado un excelente escenario de baloncesto por la Ciudad.
Nuestra “ruta del Mini” de este “finde”, empezó el viernes.
Cuando se suspende un partido, hay que ponerse de acuerdo para jugarlo, pero la Organización no manda Árbitros, así que hay que buscar quién pite, como ya ha pasado otras veces este curso, “ya lo pito yo”, que parece que a otros les cuesta eso de hacer que los niños jueguen.
Arbitrar en Mini, no sólo es señalar las infracciones, creo que es primordial, enseñar y explicar a los jugadores/as, el porqué se marca una acción, el corregir en la medida de lo posible gestos y en enseñar las normas del juego, para que el niño/a las conozca.
Ni se me caen los anillos por entrenar durante la semana en el patio a los niñas y niños del Colegio, y muchos menos por arbitrarlos, me gusta e intento disfrutar de cada cosa que hago con la misma pasión que si entrenara a los Lakers.
Por eso no entiendo la desmedida obsesión en ganar que tienen los Entrenadores en esta Categoría, los padres también tienen lo suyo y evidentemente al final los niños no hacen más que copiar lo que ven.
Ya el sábado por la mañana, vi un partido de Mini “mixto”, mixto de 11 niños y una niña que en este caso, sí tenía protagonismo, jugaban contra otro solo de niñas, evidentemente no voy a volver sobre lo que escribí hace ya unos meses, (valdrá de algo y a alguien jugar esto), cerraron acta en el quinto periodo, pero me llamó la atención la actitud del Entrenador del Equipo “mixto” que apabulló a las niñas.
Por la banda, pizarra en mano, gritaba, saltaba y exigía a sus jugadores más intensidad, en los tiempos muertos dibujaba constantemente gráficos, ante la mirada de unos niños de 9 y 10 años que seguro, “entendían perfectamente lo que allí se reflejaba”.
Insisto en algo que repito constantemente en las reuniones de la Escuela de Entrenadores, algo estamos haciendo mal, si vemos esas cosas por los campos.
De ese patio, nos fuimos a ver otro partido, en teoría dos de los mejores Equipos de la edad y entrenados por amigos míos.
Uno de ellos, el ganador por aplastamiento, dirigido por un Entrenador que alterna su trabajo Profesional en Baloncesto con el “otro baloncesto”, el de base.
Me cuentan que durante la semana ha entrenado los cinco días, dos horas, su Equipo un rodillo, juegan bien, están bien colocados y con muy buenos conceptos, es evidente que esa dedicación da sus frutos y es digna de alabar…. Hasta cierto punto eh, que son minis.
También me cuentan que para este partido de “alta rivalidad”, solo se han metido en acta a diez jugadores, eso ya me gusta menos, el no permitir que un niño juegue por el hecho de ser más o menos bueno, me parece que es discriminar de mala manera a un deportista.
En el otro lado, jugaron los quince jugadores, sé además que sin entenderlo mucho, aceptan lo que hablamos y la línea que queremos marcar en el Colegio, juegan todos por que todos son importantes, vuelvo a lo antes, que son minis eh…
Lo curioso es la reacción de padres, “los ganadores”, ávidos de resultados, celebran cada canasta como si supusiera algo más que dos puntos, los otros “los perdedores”, buscan justificaciones en el juego, las rotaciones e incluso critican que jueguen todos…???
Mí discurso es claro, la formación abarca todo, ganar, perder, competir y como insistía a padres y niños “traumatizados” por la derrota, no se puede caer en el resultadismo.
Este Equipo que hoy ha caído con estrépito, ha cerrado acta en casi todos los partidos de este año, es bueno también que conozcan la sensación que esos otros jugadores han tenido y que el lunes siguiente volverán a entrenar con la mayor ilusión.
En esta sociedad tan asquerosamente competitiva y resultadista, caer en un partido de mini básquet puede llegar a ser un disgusto familiar, el deporte de base, debe de ser FORMACIÓN y entre todos debemos de huir de sacar las cosas de su sitio, los primeros los Entrenadores, después los Padres y así nuestros hijos entenderán todo un poquito mejor.
Por suerte la mañana se cerró como se debe, en una terraza con un aperitivo.
Un saludo.