BALONCESTO DE VALLADOLID EN LA DISTANCIA. Parte 1.
Es difícil no escribir sobre el Club Baloncesto Valladolid, he intentado estar al margen de todos los ajetreos y tejes manejes que desde la cúpula del Club han ido sucediendo en los últimos meses, pero resulta imposible ante la respuesta de empleados, técnicos y jugadores.
Si nadie entendió la llegada del Presidente NINI, (ni traía pasta, ni le gustaba el básquet, ni nadie sabía cómo había entrado ahí), mucho menos se entiende su salida sin terminar la temporada, la posición del Ayuntamiento y el silencio de los patronos de la SAD.
En este Club, he sido Jugador y Entrenador de base, Delegado, Entrenador Ayudante y Primer Entrenador en dos etapas diferentes, nadie me puede explicar ni hablar de sentimientos por el Equipo de mi Ciudad.
Mis primeros recuerdos de baloncesto en Valladolid se remontan a un recién inaugurado Polideportivo Huerta del Rey, de Moncho Monsalve, de Zorrozúa, de jugadores emblemáticos, de los derbis con el CDU de Feñe y Castrillón antes del ascenso, una vez en la máxima categoría, las visitas del Madrid, Barcelona, Joventut, el colarme para verlos entrenar, aún hoy guardo algún autógrafo de mi idolatrado Lolo Sainz, era en los finales de los años 70.
En los 80 alguien aposto por mí para entrar a colaborar con Mario Pesquera en el primer Equipo, más que como Entrenador, diríamos que como aprendiz, mucho debo a aquellos que dieron mi nombre, Javier Alonso y Luis Moratinos.
Por todo esto y desde el orgullo de ver la respuesta de la plantilla actual en la pista, no puedo por menos que presumir de Equipo.
Un Equipo que abarca a todos los empleados de oficina que tantos meses llevan de retraso en sus nóminas, a todos los Entrenadores de base a los que han chuleado con poco estilo y menos educación, a los técnicos de la primera plantilla que han sabido unir en la dificultad y en la mentira a un grupo de jugadores que viendo como ante los impagos muchos compañeros se marchaban.
Han hecho de la unión, el trabajo y el buen baloncesto, la bandera con la que reivindicarse.
Siempre pienso que de todo se puede aprender y me considero una persona abierta a recibir formación de todos y en cualquier momento.
Roberto González, que fue Ayudante mío hace no muchos años y es amigo desde hace muchos más, me ha dado una lección de cómo llevar un grupo, de sacar lo máximo sin renunciar a jugar bien en la pista, sin racanear, haciendo un baloncesto atractivo para un aficionado que lo agradece acudiendo en buen número a Pisuerga, con una defensa donde la colocación y la respuesta a cada gesto, salta con un automatismo difícil de entender ante tanto cambio de jugadores.
Y lo que engrandece a un Entrenador!!!!!, mejorar a sus jugadores, los que vimos en pretemporada al equipo en su formación, no podíamos imaginar su rendimiento posterior, aplaudo el esfuerzo y la capacidad de mejora de todos ellos, así como la unión de ese vestuario con todos los componentes del Cuerpo Técnico.
Con Roberto, con Pablo, con Javi, mantengo contacto regular, me cuentan cómo han sido capaces de mantener el grupo unido y sólo puedo aplaudirlo y como vallisoletano agradecérselo.
Muchos de los que acuden al Pabellón y son testigos del buen juego y de las victorias del Blancos de Rueda, son niños y niñas que practican nuestro deporte cada sábado, entre ellos están los del Colegio Lourdes, una de las referencias del baloncesto vallisoletano.
Ahí, donde volveré a entrenar en sus patios en unos días me cuentan que algunos andan cabizbajos.
Mañana sigo....
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