Mí amigo Alfonso Churruca, Jefe de Prensa del Baskonia, me pidió hace unos días que le preparara un articulo para la Revista del Club, haciendo un resumen de la temporada que ya ha finalizado.
MIRANDO AL FUTURO.
Dicen que, “el que da todo lo que tiene, no está obligado a dar más”.
Esa es la sensación que desde la distancia y a la vez cercanía me transmite la temporada baskonista.
A veces, para dar un paso adelante hay que fijar bien el terreno, asegurarse que los cimientos siguen siendo sólidos sin renunciar a crecer, así pues, no debemos valorar en este mundo tan resultadista sólo los resultados.
Perder en semifinales de la Liga Endesa ACB, en un quinto partido, frente a uno de los dos Clubs que “están fuera de concurso” en el apartado económico, es más que un digno final a un duro y difícil año deportivo.
A lo largo de estos diez últimos meses, el Equipo no se ha librado del peor de los enemigos, las lesiones, desde la inicial de Lampe a la última de Nocioni, que han tenido siempre que solucionarse desde dentro, con la exigente aportación de otros jugadores que también luego lo pagaron.
Se cayó en otra semifinal, la de la Copa del Rey y ante el Barcelona, como ocurrió antes con la eliminación de la Euroliga, estas derrotas sólo engrandecen la dificultad de competir en cada partido y los títulos logrados con anterioridad.
Ha sido un año de muchas temporalidades, la de jugadores que pasaron por Vitoria durante el lockout de la NBA, fugaz en el caso de Dragic y sólido con Seraphin, la “vuelta a casa” en el tramo final de Nocioni, así como también temporal fue el paso por el “Iradier Arena”, esperando el regreso al “Fernando Buesa”, autentico icono del crecimiento baskonista.
Tácticamente la única carencia en el parquet puede verse reflejada en un juego interior demasiado exterior y dependiente en exceso del acierto en el aro contrario.
La defensa, la segunda mejor del Campeonato y el control de perdidas de balón son aspectos dignos de elogio.
Desde una crítica constructiva, también ha habido decepciones, la escasa adaptación y aportación de jugadores como Williams y Dorsey llamados a ser importantes en el juego y que se fueron con mucha más pena que gloria.
Sin duda no es fácil adaptarse a las exigencias de Club y Entrenador, quizá por eso Prigioni encontró muy pronto el indulto de la afición, ha sido el timón que ha guiado al resto de fijos del grupo, San Emeterio, Oleson, Rivas, por supuesto Teletovic, Heurtel y los Bjelica.
Estos, merecen un comentario aparte, Milko ha cumplido durante la temporada haciendo de todo según hacia falta y tremenda la explosión de Nemanja en este tramo final de competición, que ha despertado todo tipo de adulaciones. Calidad individual al servicio del grupo, lo colocan ya como una realidad con un futuro sin límites.
En ese futuro, seguro que estarán también los jóvenes Van Oostrum y Musli, el inglés ha cerrado un año de franca progresión en la LEB, el serbio deberá encontrar su sitio para poder desarrollarse como jugador.
Se cierra una temporada que dará paso a otra llena de ambición, el objetivo ha sido, es y será seguir estando entre los mejores, aunque a veces la pelota no entre por el aro.
Un saludo.
Paco García.
Entrenador Ayudante del Baskonia del 91 al 95.
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