martes, 26 de julio de 2011

“Soy entrenador y mientras tenga ilusión, voy a seguir disfrutando”



Articulo publicado en la Pagina de la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto y en la Pagina de la ACB, el martes 26 de Julio de 2011.


Paco García: “Soy entrenador y mientras tenga ilusión, voy a seguir disfrutando”


La pregunta es obligada. ¿Qué se le ha perdido en la República Centroafricana a un técnico con más de tres lustros de experiencia entre ACB y Adecco Oro?
Paco García nos responde al teléfono el jueves 21 de julio, tras la finalización del entrenamiento vespertino con la nueva selección a la que dirige.
Están concentrados en Lille, Francia, y se le ve tremendamente animado ante un reto mayúsculo.
Al frente del combinado nacional masculino de República Centroafricana, Paco García tiene la misión de competir en el Afrobasket que se disputará en los últimos días de agosto.
Y quiere hacerlo bien, con el sueño de los Juegos Olímpicos o el Preolímpico en la mente.
Pero hay que ser realistas. A Londres solo va el campeón, al Preolímpico el segundo y el tercero, por lo que será difícil. No obstante, el premio de lograr alguna de estas dos cosas es un caramelo que está ahí”, apunta.
El interés de un país tan alejado por uno de nuestros entrenadores no es de ahora, ni de hace unos meses. El fichaje de García se fraguó tiempo atrás.
En 2010 la Federación de Centroáfrica contacta conmigo a través de Anicet Lavodrama y me pide un trabajo de planificación. Después, ya en 2011, y como conozco bien cómo se mueven las cosas y sabía que iba a ser imposible empezar la temporada entrenando en España, acepto su propuesta de dirigir la selección”.
Un ofrecimiento que no llegó antes porque el verano pasado no hubo competición oficial.
A diferencia de otros países del continente, Centroáfrica “es de los más tranquilos políticamente hablando”.
Un clima de calma que se refleja en las buenas condiciones laborales y en las prestaciones que la Federación pone a disposición de Paco García y sus chicos, en la concentración preparatoria de Lille.
Tenemos una pista estupenda, una sala de pesas, buenas instalaciones”. Aunque no todo son buenas noticias. Cuando se produce esta conversación, Paco García está a una semana de empezar los amistosos y le faltan los jugadores principales. “Sato no ha llegado, Mokongo, al que entrené unos meses en Ourense sí, pero no ha firmado el seguro. Estamos a la espera de nacionalizar un estadounidense…A veces el material se retrasa y eso te cambia la planificación del día”.
Y ello por no hablar del modo de juego que impera en África en general. “Es curioso. La mayoría de mis hombres tienen buenas carreras en Europa, algunos en clubes de Ligas interesantes. Pues es ponerse la camiseta de la selección y todo se les olvida. Tácticamente se convierten en lo que es el baloncesto africano, algo totalmente anárquico. Sólo se salva Angola de la quema, pero claro, ahí se trabaja de otra forma”.

Experiencia de vida
A pesar de algunos peros, a Paco García se le nota decidido y feliz. Por muchas cosas. “He vuelto a hablar francés, yo, que soy de la vieja escuela, de aquella que aprendía francés como primer idioma.
Para mí expresarme y trabajar en este idioma y ampliar el campo también al inglés es algo muy positivo”.
Y principalmente, porque vuelve a entrenar, algo que apenas ha dejado de hacer. A sus 44 años, “abro un mercado nuevo y tengo otra experiencia de vida. Y es fantástica. Es un torneo diferente a los que he estado, lo hago de principal tras haber ido con España a algunos otros”.
Su trabajo no concluirá al finalizar el Afrobasket de Madagascar. “Tengo contrato hasta el 30 de septiembre porque tras el gran torneo llegan los Juegos Africanos, en Maputo, Mozambique.
Aunque ahí sí que no contaré con los principales jugadores, pues las Ligas buenas habrán empezado”.
Trabajo no parece faltarle ahora a Paco García, aunque él matiza esta afirmación y reflexiona.
En marzo tuve una oferta de Venezuela y la rechacé. Ahora la cogería, porque he visto que a otros compañeros les ha ido y les va muy bien en Sudamérica”.
Y tras una pausa, vuelve sobre el tema de las carencias o no laborales. “Lo que no me falta es ilusión”.
Está tranquilo, sabe que los niños y niñas del Colegio de Lourdes de Valladolid le esperan para recibir sus enseñanzas.
Eso sucederá cuando acabe el verano y solo si una nueva propuesta no se cruza en ese camino exótico que acaba de emprender y que tendrá su punto y final en un mes y medio.
Soy entrenador y mientras tenga ilusión, voy a seguir disfrutando”.




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