Ayer durante la retransmisión del partido de Champions del F.C. Barcelona, el comentarista se refirió a un detalle que me llamo la atención, me hizo reflexionar y me lleno de orgullo por mi profesión, ser ENTRENADOR.
Decía en ese comentario, que Pep Guardiola, en previsión casi confirmada que Barcelona y Real Madrid se enfrenten hasta en cuatro ocasiones en apenas 17 días, había hablado con Xavi Pascual, para que le comentara como se hacía en baloncesto el preparar tanto técnica, física y sobre todo mentalmente un Play-Off.
Las variables controlables en cuanto a cambios tácticos, propios y del rival, lesiones y sobrecargas físicas que obligaran a rotaciones obligadas, sanciones que dejen fuera de concurso a algún jugador y sobre todo como debe un jugador afrontar el jugar en tan poco tiempo con el mismo rival.
Tanto si el resultado anterior ha sido positivo o negativo, la reacción personal y general del grupo a una victoria o derrota, holgada o en instantes finales, la desconexión lógica de la importancia de los cuatro partidos.
Esos cuatro partidos, corresponden a tres competiciones diferentes, el partido de la Liga apenas decidirá más que lo que ya está decidido.
Entre medias de una eliminatoria a ida y vuelta, dilucidar un Titulo que puede salvar una Temporada, casi nada en un mundo de exigencia máxima.
Lo que hubiera dado por estar presente en esa conversación, los apuntes de Xavi Pascual que ha vivido vertiginosamente su irrupción en la elite nacional y continental.
Ganando mucho y viendo como también se escapaban títulos (Liga pasada con el Baskonia) o eliminatorias (1/4 de Euroliga con Panatinaikos) , con ventaja de campo en ambas.
Por otro lado las preguntas de Guardiola, como se puede aplicar a su juego, a un grupo de personas más numeroso y a una exigencia mediática sin medida y sin escrúpulos.
El solo hecho de saber que el Entrenador de futbol del Equipo que lo ha ganado casi todo en los últimos dos años, sea capaz de solicitar información a otros Entrenadores, de otros deportes, me llena de orgullo y demuestra que las personas están por encima de los cargos, que se pueden dar lecciones desde la humildad y de que “el saber no ocupa lugar”, que tanto nos repetían nuestros abuelos.
Gracias Guardiola, por hacernos sentir Entrenadores a los que nos llamamos Entrenadores.
Un saludo.
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